TODAS LAS HOJAS Por Alfredo Ariel Rossi A Luis Alberto Spinetta 08 de febrero de 2012
todas las hojas son del viento (incluso vos)
algunos ingenuos pensábamos inconscientemente que no
que ciertos artistas que amamos y en cuya obra somos y seremos son ajenos a esa absurda pertenencia que estarán ahí por siempre para cuando necesitemos oírlos o rendirle un homenaje
de pronto nos parece que algo en el mundo se derrumba
y es así
cuando muere un poeta un vacío se nos cava en el pecho y se va con él una parte de todos nosotros
y aunque biológicamente lo muerto sea el cuerpo de aquel hombre seguramente desconocido es un fragmento de nosotros lo que acaba lo que dolorosamente será sepultado en este día
es preciso entonces devolver a la tierra aquellos dones
en su seno brutalmente materno el hijo que como regalo alguna vez nos ofreciera el preciado fruto será nuevamente recibido
“que nadie nadie despierte al niño
déjenlo que siga soñando felicidad…
alejándose de la maldad”
al resto sólo nos queda seguir
probar con amargura el sabor duro de la muerte
esperar un tiempo ciertamente triste y luego volver a oír con dulzura un disco
recordar su voz aguda surcando el infinito
su raquítico porte enjuagado en sudores de antros y de gloria
una vez vi en su vientre una guitarra como el alma de un dios sacrificado
Gracias Flaco
TODAS LAS HOJAS
Por Alfredo Ariel Rossi
A Luis Alberto Spinetta
08 de febrero de 2012
todas las hojas son del viento
(incluso vos)
algunos ingenuos pensábamos
inconscientemente
que no
que ciertos artistas
que amamos
y en cuya obra somos y seremos
son ajenos a esa absurda pertenencia
que estarán ahí por siempre
para cuando necesitemos oírlos
o rendirle un homenaje
de pronto nos parece
que algo en el mundo
se derrumba
y es así
cuando muere un poeta
un vacío se nos cava en el pecho
y se va con él
una parte de todos nosotros
y aunque biológicamente
lo muerto sea el cuerpo de aquel hombre
seguramente desconocido
es un fragmento de nosotros lo que acaba
lo que dolorosamente
será sepultado en este día
es preciso entonces
devolver a la tierra aquellos dones
en su seno brutalmente materno
el hijo que como regalo
alguna vez nos ofreciera
el preciado fruto
será nuevamente recibido
“que nadie
nadie
despierte al niño
déjenlo que siga soñando felicidad…
alejándose de la maldad”
al resto
sólo nos queda seguir
probar con amargura
el sabor duro de la muerte
esperar un tiempo ciertamente triste
y luego volver a oír
con dulzura
un disco
recordar su voz aguda
surcando el infinito
su raquítico porte
enjuagado en sudores
de antros y de gloria
una vez vi en su vientre
una guitarra
como el alma de un dios sacrificado
su cuerpo era la cruz
por Alfredo Ariel Rossi
http://decastillosydragones.blogspot.com/
(a Luis Alberto Spinetta)
08 de febrero de 2012.-